Javier Hermoso de Mendoza
Javier Hermoso de Mendoza
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HISTORIAS Y PROPUESTAS SOBRE LA HISTORIA DE ESTELLA

Cincuenta y cuatro años para terminar una obra -aunque sea a tiempo parcial-, poniendo dinero del bolsillo, no es una gesta que esté al alcance de cualquiera. Deben darse una serie de circunstancias y una actitud personal que quizá sólo puede encontrarse en esos merindanos que aman a Estella más que la mayoría de sus propios hijos. Es una hazaña que sólo son capaces de realizar personas como D. José Goñi Gaztambide, nacido en las Casetas de Arizaleta, fruto de la unión de dos vecinos de Azcona. El resultado de esa impresionante labor son tres extensos volúmenes en los que queda reflejada la historia eclesiástica de Estella, y parte de la civil. Gracias a D. José, nuestra ciudad cuenta con una historia publicada que la coloca en una posición de privilegio: pocas ciudades podrán presentar un logro similar, tanto por su extensión, como por su sistemática y profundidad.

Este hecho tiene más mérito, porque el tiempo empleado en tan monumental obra no ha sido económicamente recompensado, ni siquiera para cubrir los gastos. El propio autor recuerda que "para la publicación del Tomo I entregué un millón de pesetas (si el primer tomo, publicado por Príncipe de Viana, le costó un kilo, algún día nos enteraremos del dinero que le habrá costado la publicación del Tomo III, el cual no ha contado con la colaboración de organismo público alguno), habiendo cobrado un total de unas cuarenta mil". Suficientes para su generosidad, pues en una misiva que me dirigió el 15 de marzo de 1981, me señalaba que "en cuanto al compromiso económico (seis años mas dos de prorroga a tres mil pesetas anuales) adquirido por ese ayuntamiento quedó plenamente saldado. Ahora me toca a mí cumplir el mío".

Cuando yo me encargué de las responsabilidades de Cultura y tuve conocimiento del compromiso adquirido por Goñi Gaztambide y Lacarra para elaborar las historias eclesiástica y civil de al ciudad, me puse en contacto epistolar con ellos para interesarme por su trabajo. El 14 de enero de l980 recibía contestación de D. José Goñi Gaztambide, en la que me decía: el trabajo "está casi acabado. Tengo redactadas unas 850 páginas (...) y me resulta muy difícil calcular las que faltan por redactar (el conjunto de lo publicado en los tres tomos, cuya compra aconsejo, alcanza las 2.002 páginas) La obra quedaría mucho mejor si se me diese un plazo de dos o tres años". La demora ha sido de casi veinte años, pero ha merecido la pena. Chapeau, D. José.

No tuvo el mismo resultado el compromiso adquirido por D. José Mª Lacarra, debido -creo- a su precaria salud. Por las mismas fechas, el 14 de enero de 1980 me escribía que había "estado durante dos años con una afección circulatoria que me ha tenido apartado del trabajo (pero), me he ido recuperando (...), y ánimo y empuje no me falta, y que al volver a trabajar en lo que empecé a ocuparme en mi juventud, me rejuvenece ahora". En carta posterior, de 29 de diciembre de 1980, me comunicaba que "de abril a mayo estuve internado en una clínica (...), lo que me obligó a pasar todo el verano en reposo".

En la primera de sus cartas, D. José Mª me comunicaba que "lo que de momento me enfrió fue encontrar todo el Archivo de Protocolos amontonado al aire libre en un patio del antiguo edificio de la Cárcel (Palacio de los Duques de Granada de Ega) como si fueran adobes. La posibilidad de repasarlo o confrontar fechas se hacía imposible (ironías de nuestro ayuntamiento: a la vez que encargaba la obra, toleraba la destrucción de la documentación básica) De estas lamentaciones deducirá usted -continuaba- que nada se puede hacer. Y no es eso. Tengo muy abundante material reunido(...), pensando alcanzar en mi historia hasta el siglo XIX".

Lacarra pensaba publicar su trabajo acompañado de fotografías y planos, uno de los cuales "estuve tratando de localizar, de hacia 1844, que D. Emiliano Zorrilla tenía en su casa, pero su hijo me dice que lo dejaron en la casa al venderla". Esta carta vino acompañada de una nota manuscrita en la que me dice: "este plano lo tiene en su casa Juan Manuel Arza, que administraba la casa y rentas de la familia Zorrilla". Y señalaba que todos estos avatares "me han producido un fuerte retraso(...) Pero crea, de verdad, que en modo alguno he renunciado al proyecto".

Ahora que D. José Mª es historia (en su primera carta se despedía "con un fuerte abrazo de este ya viejo paisano, pero todavía no incluíble en la historia"), nuestro ayuntamiento debería interesarse por todo el material que tenía preparado para ver si uno de sus discípulos o un becario podría terminar la obra que con tanta ilusión comenzó.

El 26 de mayo de 1984 propuse la celebración de un homenaje en su honor, que el propio D. José Mª , informado por su hermana, en una entrevista publicada por Navarra Hoy con motivo de la concesión de la Medalla de Oro de Navarra, decía que "me hizo mucha ilusión". La propuesta no se llevó a efecto, y el 23 de julio de 1987 firmé con Juliantxo Aguirre y Peio Cía la propuesta de un homenaje, ya póstumo, que recogía los cinco puntos de mi anterior moción: nombrarlo hijo predilecto, instituir y entregarle la medalla de la ciudad, dar su nombre a la Biblioteca, igualmente al Paseo del Río, y recuperar la Semana de Estudios Medievales. Esta segunda moción tuvo mayor éxito, quizá sensibilizada la corporación por su reciente óbito.

Habiendo cumplido la ciudad con su paisano, ahora nos toca corresponder a la dedicación, la generosidad y la obra de D. José Goñi Gaztambide, dedicándole un homenaje, entregándole la medalla de la ciudad, nombrarlo hijo adoptivo (aunque todos los vecinos de Tierra Estella deben ser considerados como tales), y dedicarle una de las calles. Cuando es posible -y ahora lo es-, el reconocimiento y el homenaje hay que darlo en vida (yo se lo doy a través de estas letras). El autor se lo merece, y la ciudad se debe sentir obligada.

Nota: esta colaboración se publicó en el nº 222 de Calle Mayor, el 27/09/01. Goñi Gaztambide murió en noviembre de 2002. Después de que insistiera sobre el tema (In memoriam), el 2 de enero de 2003 el Ayto. acordó dar su nombre a una calle.

ARRIBA © 2003-2005 Javier Hermoso de Mendoza