Con ésta son tres las veces en las que he expuesto la necesidad -la apremiante necesidad- de que el Ayto. reclame al Gobierno de Navarra el adelanto de las obras de la autovía, y, sobre todo, que las obras continúen hasta alcanzar la Autopista del Ebro en las proximidades de Logroño.

Todo ello, en un contexto negativo para los largamente marginados intereses de Tierra Estella, de manera que, mientras otros Aytos. Diputaciones, Cámaras de Comercio, etc., reivindican la ejecución de la autovía Pamplona-Jaca, y el Parlamento de Navarra se dispone a votar una propuesta del PSN para eliminar el peaje de la Autopista, nuestro Ayto. muestra un total desinterés por una obra tan importante para nosotros como es la autovía Pamplona-Logroño.

Lo diga el Presidente o el último ciudadano, cualquier persona está en condiciones de comprender que Navarra tiene dificultades para costear dos grandes inversiones al mismo tiempo, y que si la autovía Pamplona-Jaca inicia sus obras antes que la Pamplona-Logroño, ésta tendrá que esperar a que aquella finalice, y que si se rescata la Autopista, ambas autovías tendrán que esperar a que la Hacienda Foral genere nuevos recursos. Si a estas circunstancias sumamos la labor de los importantes grupos de presión que están trabajando para que se dé prioridad a las otras vías, todos llegaremos a la conclusión de que es inadmisible el silencio de nuestro Ayto.

El pasado 3 de febrero debatieron nuestros ediles una moción del PSN en la que se pedía la adhesión al "Manifiesto elaborado por la Plataforma Ciudadana por la seguridad y gratuidad de las carreteras de Navarra", en el que afirmaba la "necesidad de poner punto final a la gran disparidad territorial, económica y social que supone la existencia de una autopista de peaje que genera una clara discriminación para amplias zonas del territorio foral y significa un claro agravio comparativo para gran número de navarras y navarros, [por lo que se pretende] conseguir la gratuidad para las dos única vías de pago (...), contemplando como acciones prioritarias e inmediatas el desdoblamiento total del tramo navarro de 232 [carretera paralela a la Autopista del Ebro] y la solución total a la 121" (carretera paralela a la autopista de Navarra), añadiendo (después de varias consideraciones sobre el desigual desarrollo de Navarra ¡a lo largo del eje Pamplona-Tudela!), en el punto 3º, el "impulso y aceleración de los ejes Este-Oeste desde Estella a Sangüesa por Tafalla" (ésta carretera es la que menos afecta al desarrollo de nuestra Merindad).

En el debate de la moción (electoralista en el tiempo y en el contenido), ningún concejal estellés se acordó de exponer la situación, discriminadamente marginal, que Tierra Estella tiene respecto de aquellos navarros que pueden elegir entre una carretera y una autopista con peaje social. Y dio nuestro Ayto. un ejemplo de lo que nunca se debe hacer: olvidar nuestras necesidades y la exigencia de que sean satisfechas, queriendo dar apoyo (la moción no se aprobó) a quienes están mejor que nosotros y defienden sus intereses con olvido y en detrimento de los nuestros.

De febrero al día de hoy, tiempo ha habido de rectificar este anómalo comportamiento y acordarse de las necesidades de nuestra zona. Pero no: nuestro Ayto. continua mudo. Y antes del debate sobre el rescate de la Autopista, que durante este mes de septiembre se desarrollará en el Parlamento, ningún parlamentario conocerá la postura de Estella, porque nuestro Ayuntamiento, en lo referente a los temas importantes, lleva años disfrutando de un periodo sabático.

Nota: esta colaboración se publico en el nº 197 de Calle Mayor, el 07/09/00.