Javier Hermoso de Mendoza
Javier Hermoso de Mendoza
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Nota: esta colaboración fue publicada en el nº 286 de la revista Calle Mayor, correspondiente al 13 de mayo de 2004.

APARCAMIENTOS

Hay veces en que uno siente verdadera satisfacción al pensar que afirmaciones que hoy son acertadas, en poco tiempo pueden dejar de serlo. En mi última colaboración les decía, referente a la firma de un acuerdo para hacer del Casco Viejo de la capital navarra un "centro comercial a cielo abierto", que la Asociación de Comerciantes de Estella "no tienen fuerza suficiente para conseguir que la Administración firme algo parecido". Aunque no es el mismo tema, el acuerdo al que parece haber llegado la Asociación de Comerciantes con el Ayuntamiento para hacer un aparcamiento de rotación, es motivo suficiente para darles a ambos la enhorabuena, y desear que la afirmación a que antes me he referido sólo sea aplicable a un tiempo pasado.

Cuando leía que nuestro Ayuntamiento vinculaba la construcción del aparcamiento subterráneo en rotación a la venta de dos tercios de las plazas, era algo en lo que no podía estar de acuerdo. Me parecía un grave error que, además, demostraba que en el consistorio no se tomaban en serio el déficit de aparcamientos que tiene la ciudad, el cual representará una de las mayores dificultades para su desarrollo. Era también una discriminación que no se podía justificar. Ahora que acabamos de inaugurar un puente, a nadie se le ocurre preguntar de donde va a salir el dinero que nos ha costado, ni el Ayuntamiento ha pensado en cobrar un peaje con el que recuperar el dinero invertido. Tampoco se condiciona la construcción del polideportivo al compromiso previo de un determinado número de posibles socios o usuarios. Cuando se construyeron los cines, al ciudadano no se le preguntó si le parecía bien o mal, cosa que tampoco se hizo cuando se construyó el polideportivo Tierra Estella, y respecto al gaztetxe, nadie pensó en vincular el proyecto al compromiso de asistencia de un número de jóvenes más o menos grande. En todos esos casos, aunque podamos discrepar del acierto de algún proyecto, el Ayuntamiento ha actuado creyendo que esas inversiones eran necesarias, y con su mejor voluntad ha gastado los millones. Por eso, no se comprendía que en el tema del aparcamiento de rotación, obra mucho más necesaria que alguna de las mencionadas, se pretendiera construirlo previa garantía de rentabilidad, la cual limitaba las posibilidades de ampliarlo cuando lo exigiera la demanda. Esa idea de vender las plazas, no la comprendían los comerciantes, ni los ciudadanos consultados, ni aquellos que no tuvieran un interés directo o indirecto en el negocio. El error del aparcamiento que hace años se construyó en la Estación, es motivo suficiente para que, como gatos escaldados, huyamos de propuestas parecidas.

Repito, pues, mi enhorabuena a los dos. A la Asociación, por haber sabido defender el aparcamiento con decisión, y por estar dispuesta a comprometerse en su gestión. Al Ayuntamiento, porque, sea cual sea el camino transitado, va a demostrar que es la única corporación que se ha tomado en serio la solución de ese problema que colea desde hace décadas.

Teniendo claro que la totalidad de las plazas deben de ser de rotación, personalmente dudo de que en este momento sean necesarias todas las proyectadas, por lo que se podría empezar con un proyecto menos ambicioso, y ampliarlo según aumentara la demanda. En este sentido, sólo se deberían construir las plazas que caben en los terrenos del ferrocarril, y dejar como está el subsuelo de la calle San Francisco Javier y el de la plaza de la Coronación. No sólo por el motivo citado. También, porque cada vez estoy más convencido de que ese subsuelo debe quedar libre para que en un futuro más o menos próximo se pueda enterrar el tráfico que cruza Estella, el cual será cada vez más abundante, conflictivo y peligroso. Algunos pensarán que esto es una utopía. Es posible que para muchos lo sea, pero es conveniente pensar que muchos proyectos utópicos acaban convirtiéndose en soluciones ineludibles. Recientemente recordaba José Mª Lander en DDN, como, hace treinta años, su propuesta de hacer el túnel de El Perdón fue tachada de utopía. Ese túnel hoy se está haciendo porque la montaña permanece como entonces. Por eso, para que en el futuro sea posible enterrar el tráfico que cruza el centro de Estella, debemos dejar libre el subsuelo de la travesía de la Estación.

Volviendo al aparcamiento, es lógico prever que en los primeros años pueda ser deficitario, y no es de esperar que la Asociación de Comerciantes obtenga beneficio, por eso, el Ayuntamiento debe evitar la tentación de querer estar al caldo y a las tajadas. En este sentido, no es correcto que el consistorio cobre los beneficios de la zona azul y, a la vez, hacer que la Asociación corra con el déficit del subterráneo. Bastante tienen los comerciantes con sus propios problemas, y agradecidos debemos estar que se comprometan a llevar la gestión del aparcamiento. Por ello, los ingresos de las plazas de rotación, bien sean de superficie como de subsuelo, deben formar un conjunto solidario que tienda al equilibrio, y en el caso de que el aparcamiento subterráneo tenga déficit, hay tres soluciones: una, que el Ayuntamiento corra con la mayor parte del mismo; otra, que la gestión de la zona azul la lleven también los comerciantes; y la tercera, que Dornier se haga cargo de la gestión y el déficit del aparcamiento que se piensa construir.

ARRIBA © 2003-2005 Javier Hermoso de Mendoza